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martes, 19 de mayo de 2020

Al menos de momento, no sé qué título sería apropiado para esto. En tiempos de la influenza tuve un post que se llamó: "Los muertos de la influenza" en el que hablaba de cómo dos de mis amigas más cercanas perdieron a sus padres y no de influenza. Pero ahora, no me parece adecuado un título similar por coronavirus, ni COVID - 19 ni su nombre real que ni me sé y mucho menos los inventados como CORVID que he escuchado ya.

Porque si bien hay muchos muertos de los que he sabido que me duelen y me tocan pero nada tienen que ver con la pandemia, si no con el curso de la vida; hay uno en especial que se siente mucho más mío de lo que hubiera imaginado.


Pero es que yo crecí con amor que era real, no forzado por la sangre y por voluntad propia me acompañó gran parte de la vida. Ese cariño y esas enseñanzas estarán por siempre conmigo. 


No puedo creer que los años en la vela del pastel son tantos, no siento una vida de adulta a pesar del coche a mi nombre y la familia a mi cargo. Supongo que es natural que la gente que ya era grande cuando yo apenas nacía empiece a irse, pero esto nada tiene de natural.


No es natural que se haya ido así, en este día a esta hora. No puedo evitar pensar que mucho le faltaba por hacer aunque quizá la forma de lograrlo era así. Porque ... Leibnitz.


No me falta nada, mi vida será la de todos los días, pero hoy nació en mi corazón una tumba que quedará conmigo hasta la mía. No la visitaré ni mandaré flores, pero estará ahí. Con nombre, apellido, fecha, hora, lindos recuerdos y el inevitable dolor. Pequeño o grande, ahí está.


Pretendo estar en vela por el alma de mi ... tío? padrino? maestro? amigo? conocido? ... por esa alma que tanto quiso a la mía y tanto como pudo/supo enseñó.


Porque pienso en él, tan alto, tan fuerte y tan inteligente. Tan sabio, estudiado y tan divertido. Mis mejores trucos de magia que de niña sabía él me los enseñó. Mi primer gran negocio en la vida, (palanquetas a las 8 años :D) fue por él. Y así, sin quererlo y tal vez sin saberlo, aprendí y reí mucho por algunos años, lo suficiente como para hoy dedicarle la oración, la lágrima y el pensamiento. Veo en mi cabeza memorias que en realidad no recordaba, pero hoy vuelven a mí, de sopetón para ayudarme a sentir esto bien sentido, como a mí me gusta. Para dejarlo fluir y seguir con el día de mañana. 


Tenerlo todo y sentir que es nada me hace pensar que probablemente llamamos todo a lo que en realidad es  nada. Pero, en dónde está lo que sí es todo?


Creo que ir de extremo a extremo es lo mismo que no moverse de lugar. Porque la vida ya me ha enseñado que todo, nada, siempre y nunca no son exactamente a lo que suenan. 


Un poco de esto y de aquello puede que sea más interesante que todo al mismo tiempo. 


Gracias infinitas por lo dado, descansa en paz 


A tí que hoy

Entre lágrimas y risas recuerdo
Zagal seas por siempre ahora