Datos personales

lunes, 1 de febrero de 2021

Day 1

Pues hoy confirmo que entró a mi casa, a mi familia, a mi matrimonio. Gracias a Dios no a mi cuerpo, pero sí al de mi esposo, que es casi lo mismo...casi!

Es como ganarse la lotería pero al revés porque no me da gusto. 

Quiero entender cómo es posible que tengo 33 años deseando ser madre y nomás nada, pero a escasos 11 meses de rezar por no vivirlo cerca, el coronavirus se instala y me tiene prisionera en mi propia sala.

Me queda claro que no lo entenderé porque no tiene lógica ni explicación. "Así es la vida", "Así nos tocó" y todas esas.

La verdad es que dentro de todo estamos súper bien. Desde el principio le he estado agradecida al COVID por su agradable trato a mi vida. 

Extraordinaria convivencia con mi familia, contrato nuevo en trabajo nuevo, cero bajas en mi corazón (a causa de COVID claro, porque bajas siempre hay) y una oportunidad de reinventarme que me estaba encantando. Así que quiero creer que apenado por tener que llegar a mi casa, se irá como llegó, sin que lo notemos. 

Hoy todo en orden, ya está Toño instalado y apoderado de nuestro cuarto que ahora es su territorio. Le puse la TV que estaba casi aventada en el olvido y está feliz de que puede ver algo, aunque creo que es feliz de que volvió la TV al cuarto. COVID, 5 años me costó sacarla de mi cuarto y mira con lo que empiezas.

Por otro lado, Alexa tiene todos los recordatorios para que no olvidemos las medicinas de ambos y nuestros padres han dejado instrucciones claras y precisas sobre cómo hay que proceder a partir de hoy. Lo bueno es que parece que se pusieron de acuerdo entre ellos y con el doctor porque nos dijeron lo mismo.

Anoche dormí alrededor de 4 horas y hoy ya es mañana, estoy cansadísima y entre tranquila y no.

Confío ciega y plenamente en Dios, pero sí me preocupa un poco que esto sea el principio de una fea tormenta. 

Así que ya le pedí a mi padre, a mi suegro al Arcángel Rafael, a Mamita María y por supuesto a Dios Padre, que todo se arregle para bien y podamos contar la historia entre sonrisas.

A ver mañana qué pasa...